Serie documentos gerenciales para lograr el éxito empresarial.
¿Usted qué piensa? Generalmente los empresarios no suelen hacer inversiones que no estén
acorde con una rentabilidad, con un desarrollo que implique crecimiento económico, es decir
generalmente solo lo hacen en aquellas inversiones que engrosen las cuentas del negocio. Las
mejoras de las instalaciones, compras de nuevos equipos y mobiliario, publicidad y mercadeo de la
marca y pare usted de contar, son prioridades en la contabilidad de la empresa. Pero ¿qué pasa
cuando nuestro mayor capital es humano? ¿Que le sucedería a un negocio sino existe el
mejoramiento del personal?. ¿Piensa usted que el personal podría ser una inversión que vale la
pena considerar?
En el mundo de la restauración varios son los factores que determinan el éxito de un negocio,
enumerarlos sería cosa de una larga lista de prioridades que nos harían seguramente ser exitosos.
Pero ¿vale la pena tener un lugar espectacular, con diseño por doquier, una carta que haga regresar
una y otra vez al comensal, y seguramente un sinfín de calificativos que hará sentirnos orgullosos
de nuestro negocio, si no se invierte en el personal?
¿Confieso que era de los que pensaban que no era prioridad la inducción al personal, por aquello
de la poca lealtad que uno encuentra en determinados puestos de trabajo, me preguntaba, como
preparar a alguien si lo más seguro es que quien se aproveche de esos conocimientos sea el
próximo empleador, o no?, es lógico pensar así, sobre todo si la inversión es alta. Pero cuando se
dirige una organización con un crecimiento sostenido, posicionamiento de marca, inversión en
publicidad, compromisos con terceros y posible expansión, el tema de considerar la menor
rotación del personal y arraigo al trabajo podría lograrse cuando se invierte en ellos.
El negocio que dirigí por tanto tiempo invirtió en sus cuarenta empleados, desde los niveles de alta
gerencia hasta los obreros en un taller in company llamado “Desarrollo Personal para La crème
de la crème del Servicio al Cliente”, el mismo se realizó para fomentar los conocimientos de
calidad de servicio en el restaurante, y puedo decirles que esas dos semanas estuvieron llenas de
grandes sorpresas para mí, desde personas con unos criterios de lógica y liderazgo, hasta personas
que el temor de enfrentarse a un público los aterraba, los paralizaba. Entendí y comprendí de sus
deficiencias, el entorno de su vida fuera de la empresa, de sus carencias y necesidades, de los
problemas internos y de las rivalidades entre ellos, pero también entendí que el ser humano dentro
de su complejidad en un valioso recurso, que solo hay que saber cómo canalizar las emociones,
evitar las reacciones y hacerlos más proactivos. Que sientan la empresa como un ente que no solo
les provea un salario, sino un lugar a donde acudir para crecer y desempeñarse en nuevas
funciones y retos, encontrar un lugar confortable y amable para trabajar y del cual sentirse
orgullosos de hacerlo, a eso le llamamos filosofía empresarial.
Por supuesto que todo eso se logra si poseemos tanto las herramientas organizacionales y de
desempeño laboral, aunado con una contraprestación del servicio materializada en dinero, harán
de ese empleado una persona comprometida con su trabajo. Día a día muchos fueron los que
asimilaron el taller con entusiasmo y dinamismo, otros no tanto, de ahí lo complejo de los seres
humanos, quizás por poca importancia para ellos, nada visto como una prioridad o simplemente
porque no quisieron, en fin, lograr un noventa y cinco por ciento (95%) de asistencia del personal,
lo hace a la vista de todos aquellos que se comprometieran con la empresa a ser cada vez mejores
en sus obligaciones y en pro del crecimiento de la empresa. De ser así, como dirían por allí el
mandado está hecho.
Quisiera dejarles en estas líneas algunos conceptos que bien vale la pena, leerlos y releerlos, cada
vez que pensemos en el éxito, porque de lo que si estoy seguro es que el “ÉXITO NO ES
FORTUITO”
Warren Buffett suele decir que no es necesario hacer cosas extraordinarias para conseguir
resultados extraordinarios. Es cierto, basta hacer lo debido, mantener la disciplina, no dejarse
vencer por las dificultades, saber delegar apropiadamente y supervisar acertadamente, porque “el
diablo está en los detalles…”
El éxito es una consecuencia de un conjunto de factores que aseguran que las cosas salgan como
las hemos previsto.
Cualquiera que sea el área del negocio, hay cierto número de factores asociados al recurso
humano, los sistemas de comunicaciones, los equipos de trabajo y el liderazgo que son
determinantes a la hora de medir el cumplimiento de las metas.
Mil gracias a María Eugenia Barrios de Consultoría en Desarrollo Humano, por reafirmar con sus
valiosos aportes el crecimiento y desarrollo de nuestra gran inversión: los Ladrillos de la Empresa,
nuestro Recurso Humano.
Humberto Silva Duque
Lic. Administración de Empresas/Consultor Gastronómico/Chef Panadero