“La pasión es el ingrediente más importante en lo que hagamos, solo el resultado final dirá que tan apasionados hemos sido”
La ciudad con cierta frecuencia se llena de eventos gastronómicos para goce y disfrute de sus habitantes, son esos donde encontraremos formatos grandes o pequeños, muchas veces dirigidos a consumidores finales, distribuidores o profesionales del sector de alimentos y bebidas, y donde generalmente albergan siempre el sabor y la pasión de quienes nos hacen probar, aprobar y convencer de que son productos realizados con toda la tradición familiar trasmitida de generación en generación, y vaya que si logran cautivarnos, yo se los aseguro. Suelo asistir a cuanto evento en el área de gastronomía me brinda la ciudad o fuera de ella, generalmente como un visitante más para conocer las nuevas tendencias, o como expositor o conferencista.
Las propuestas durante el año son variadas, aunque confieso que aquellos formatos donde la presencia de productores artesanales son los que más disfruto, quizás por que recibimos directamente de ellos toda esa energía que suelen trasmitirnos esas manos laboriosas sobre sus productos con la certera convicción de la naturaleza de la materia prima, como igualmente lo limpio de los procesos de elaboración y comercialización de estos. Un poco el tema del slow food, donde el respeto por los alimentos es palpable. Pero como no puede ser así cuando encontramos desde chocolates elaborados con mucha calidad, fieles representantes de la chocolatería mundial, pasando por patés, terrinas, confituras de frutas, en franca comparación a los productos importados desde Francia, pero con materia prima local, o que decir las mieles, quesos de cabra, pastas, antipastos, sales, tapenades, panes artesanales, bombonería, bollería, etc.
Si los eventos tienen ya en si la configuración de ser catalogados como espacios para encontrar suculentos productos y por supuesto aprovechar para llevar a casa, el agregarles talleres, conferencias o conversaciones sobre temas específicos, les aseguro que el enriquecimiento sobre el porqué de las cosas, o la utilización de ciertos productos en la alimentación, hace que los visitantes no solo se lleven a casa la cesta repleta de productos de excelente factura, sino el conocimiento de su elaboración y la aplicación en nuestras mesas.
He tenido la oportunidad de dar charlas referentes al maravilloso mundo de la gastronomía, pero vista y digerida a mi manera, con esa mirada donde evito los tecnicismos, donde imaginamos, sentimos y palpamos su esencia, donde la historia nos enseña porque la gastronomía ha sido tan importante para la evolución de los seres humanos, y donde la misma se ha reinventado constantemente hasta nuestros días. Entender que el pan no engorda y su importancia para el desarrollo y formación de dientes y huesos, hace que realmente veamos a el pan como el bueno de la película y no el malvado de la serie, o diferenciar entre una baguette y una canilla y por supuesto lo exigente que debemos ser como restauradores y consumidores cuando el tema de la comida en los restaurantes es un compromiso y no un producto para salir del paso. Saber que bebida puede maridarse con las comidas y aprender que alimentos le darán el mayor beneficio a nuestra salud, son temas que van de la mano con la gastronomía.
Aplaudo las iniciativas de los emprendedores, ya que es una fiel representación de lo que somos capaces de hacer, donde el esfuerzo nos caracteriza y donde la crisis no va con nosotros o buscamos ganarles la batalla. El calendario para este año está repleto de opciones, no dejen de asistir y apoyar a los artesanos, a los emprendedores y a los enamorados de sus productos. Aprendamos lo que ellos nos trasmiten, saciemos nuestras curiosidades probando y llevando a casa esos manjares que nos tropezaremos en un mesón, en un stand, en un rincón, pero eso sí, les aseguro repletos de un gran ingrediente llamado PASION.
¡Buen provecho!